Cualquier Cosa Por Un Amigo Parte 1



Dicen por ahí que la prosperidad hace amistades, y la adversidad las prueba. Esto lo aprendí de una manera muy peculiar.

Estaba en último año de la preparatoria, y en todo ese tiempo no pude hacer amistad con mucha gente, pero las pocas amistades que hice fueron las mejores.

Una de las más destacables es cuando me hice amigo de Michael.



Él era un chico de mi mismo grado y edad, mucho más tímido que yo, pero cualquier cosa que le preguntaras lo sabía. Historia, matemáticas, ciencias, filosofía, en pocas palabras TODO, literalmente TODO, él podía dirigir equipos y debatir con los profesores, hacía ejercicio, tenía una condición física envidiable, era tan hábil que hasta te podría vender una hoja de papel como si fuera el mejor producto, tartamudeando y con voz baja debido a su timidez, pero por alguna razón te terminaba convenciendo. El mejor nerd, el mejor deportista, el mejor vendedor, el mejor amigo.

Lo conocí en una de sus clases que tanto me recomendaron a ir.



vi como con una excelente actitud ayudaba a las personas que por una pequeña cantidad de dinero dejaban su salón con el conocimiento adquirido y de paso una gran sonrisa.

Al terminar su clase, vi como le prestaba una atención singular a una chica que se quedó un rato extra al igual que yo.




 Ella se fue y él se quedó pensando en su pupitre, sin darse cuenta de que aún estaba yo presente.

-Supongo que sientes algo por Nataly, verdad?- Le dije sin pensarlo
-Claro que no. Simplemente le cuesta aprender más que a los demás y por eso la ayudo. ¿Por qué lo dices?- Me respondió
-La forma en que la miras, de esa misma forma yo veo a mi novia desde que nos conocimos- continué - Desde ese baile de graduación de la secundaria en que se acercó a mí con esa extraña mirada que yo correspondí supe que sería la indicada, sólo faltó una pequeña charla para llegar a lo que somos ahora.
-Pero yo no sé qué decirle. ¿Me ayudarías?- Me dijo Michael cabizbajo.

En ese momento descubrí algo en lo que el chico perfecto no era perfecto: el Amor. Y fue ahí donde nuestra amistad surgió.

Él ayudándome con la vida y yo ayudándolo en el amor, nos pasamos todo el año que quedaba de preparatoria trazando planes que nunca quiso llevar a cabo, cosas sencillas que nunca tuvo el valor de realizar, incluso mi novia le dio tips para tratar de llamar la atención de esta chica, pero nunca los realizó.

Estábamos a 1 mes de acabar cuando él finalmente se animó a decirle a Nataly lo que sentía por ella, estaba todo planeado y listo, esperando el mejor de los resultados. A diferencia de la típica cartita, la manta o el ramo de rosas, con su inteligencia y mis consejos pudimos crear el escenario perfecto para que pudiera decirle lo que sentía.

Todo esto ocurriría en la cafetería de la escuela.



Nataly iba a presentarse en el lugar ya que era donde siempre iba en las tardes después de sus clases. Ella apareció y era la señal de que Michael también apareciera, pero nunca lo hizo.

Transcurrieron los 45 minutos que ella pasa normalmente ahí pero no había rastro de Michael. al final Nataly se fue sin saber que ese sería un día especial, pero no lo fue.

Yo por mi parte, apenas y podía contener el enojo, todo ese apoyo para que al final se fuera huyendo.

Ya era noche así que ni siquiera intenté llamarlo, por lo que pasé a retirarme y fui directamente a mi casa.

Después de un rato me tranquilicé y decidí dormir, ya mañana trataría de contactarlo. Antes de acostarme, sólo tuve un pensamiento: DESEARÍA PODER AYUDARLO DE  CUALQUIER OTRA FORMA.

Al día siguiente me desperté como nuevo, pero noté algo raro, no estaba en mi habitación, tenía largos mechones de pelo tapándome la vista y algo me pesaba en el pecho.



¡¡¡YO ESTABA EN EL CUERPO DE NATALY!!!

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